En este orden empezaré el argumentario ateniéndome a lo publicado por Antonio Olalla que en un artículo emitido en Servicios de Belt Ibérica, en Seguridad Pública y Protección civil, fechado el 13-02-2007, con un titular que reza “La mafia y los movimientos antisistema se enfrentan en el futbol”, donde aquel autor apunta y reseña que los grupos eversivos del fútbol profesional están perfectamente organizados y más allá de la devoción ciega que cada uno siente por su equipo ,tienen un objetivo común :sembrar el caos y poner en jaque a la autoridad del Estado, añadiendo que esos grupos eversivos son capaces de dejar de lado sus tradicionales rencillas rivalidades deportivas para unirse en la causa común de desafiar el orden y sistema establecidos. Objetivos en el que, además, no están solos. Grupos neonazis, organizaciones anarquistas, fascistas en activo, miembros del movimiento antiglobalización y hasta exponentes de la Mafia les respaldan. Al fin y al cabo, su objetivo también es el de conseguir hacer tambalear los cimientos de la sociedad capitalista y la economía de mercado.
Algunos de estos grupos abogan por hacer causa común contra el enemigo, el Estado, según expertos policiales ocupados en el estudio de esta fenomenología. Se habla entre estos expertos de la posibilidad de que los dirigentes de algunos de los grupos más extremistas celebren una especie de asamblea general para agrupar sus respectivas fuerzas, dejando de lado sus diferencias deportivas e incluso políticas, liderados por grupos radicales de izquierda, comunistas, independentistas, ecologistas y antisistema/indignados aprovechando una circunstancia favorable, entre otras la convocatoria de una reunión global de carácter económico o el recuerdo de fechas memorables como el 15M, y singularmente la presencia en actos masivos de autoridades del Estado con ocasión de un evento de carácter nacional donde los símbolos del Estado funcionan promoviendo la mejora de la franquicia Italia y, por ende, España.
Los expertos antiterroristas italianos no ocultan su preocupación ante esta nueva estrategia. Pero, por si el peso de las organizaciones de extrema derecha y de los radicales anarquistas no fuera suficiente, señala A.Olalla, la Mafia también ha extendido sus tentáculos al Calcio, club de Fútbol. Desde que ya en diciembre de 2002 Cosa Nostra hiciera su primera aparición oficial en el estadio del Palermo, a través de una pancarta en la que se condenaba la Ley que establecía sentencias de cárcel más duras para los mafiosos, y en la que se leía «Berlusconi se olvida de Sicilia», los mafiosos no han hecho más que afianzar su poder en la organizaciones de ultras y grupos eversivos del fútbol.
Forgione, Presidente de la Comisión parlamentaria antimafia ha denunciado que la Ndrangheta, la potente mafia calabresa, convertida en los últimos años en la más poderosa de todas las organizaciones criminales que opera en Italia, ha conseguido hacerse un hueco en algunos estadios de fútbol del norte de Italia. Las investigaciones realizadas en Milán, Turín, Génova y Verona han puesto de relieve estos hechos.
Julio de Antón
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